Hace casi trece años que vivo en la Ciudad de México. En verano de 1995, “la chiapaneca” (que aquí aprendió a usar zapatos, porque si andaba de chanclas acababa con el pie negro de mugre) se convirtió uno de los aventurados habitantes que decidió tomar por asalto la Capital.
Este es un humilde agradecimiento, que proclamo desde mi banquito (se lo tomé prestado a Mafalda) a una ciudad que no me vio nacer pero que me dio las condiciones para crecer…
Y se preguntaran: ¿Por qué nos sale con este discurso lagrimoso? Pues la neta es el clima… Si como lo oyen, las condiciones atmosféricas me conmueven y estimulan mi imaginación a gran escala. Hay una particularidad en el clima de este mes (alterado al límite por el calentamiento global) que me hace pensar en Tuxtla (nacimiento e infancia) y la Ciudad de México (juventud y pos adolescencia) como en un mismo espacio tiempo. Una ciudad fantástica donde en determinado instante confluye todo lo que me interesa.
Se que suena bastante disparatado y me pasó ayer, cuando recorría la calle que me lleva del trabajo a la casa, creí caminar hacia la casa de mi abuela. Unas campanadas de iglesia a lo lejos, reforzaron la idea de estar en época de feria. El purpura de la tarde casi me permitió ver a mi abuelita Celia persiguiendonos a mi y a mis hermanos para evitar perder nuestros ahorros en el puesto de lotería frente a la iglesia de San Pascualito Rey.
Esto me sucede justo cuando cae la tarde, en el instante que el calor sofocante se va desvaneciendo y el olor a tierra mojada llega antes de la lluvia.
Me gusta caminar, sentirme en mi propia dimensión, en el hogar que mezcla lo mejor de cada uno de mis mundos.
Disfruten de su casa, donde quiera que esté.
PD. Me acordé de una de las mejores películas que he visto en mi vida y lleva el título de esta entrada: Before the rain, opera prima del director Milcho Manchevski, exiliado macedonio. Que logró un sincero testimonio de belleza, violencia y esperanza. Los conflictos étnicos en los Balcanes, son el marco de tres historias sencillas que buscan cerrar los ciclos que han dejado inconclusos los personajes a lo largo de su existencia.
Este es un humilde agradecimiento, que proclamo desde mi banquito (se lo tomé prestado a Mafalda) a una ciudad que no me vio nacer pero que me dio las condiciones para crecer…
Y se preguntaran: ¿Por qué nos sale con este discurso lagrimoso? Pues la neta es el clima… Si como lo oyen, las condiciones atmosféricas me conmueven y estimulan mi imaginación a gran escala. Hay una particularidad en el clima de este mes (alterado al límite por el calentamiento global) que me hace pensar en Tuxtla (nacimiento e infancia) y la Ciudad de México (juventud y pos adolescencia) como en un mismo espacio tiempo. Una ciudad fantástica donde en determinado instante confluye todo lo que me interesa.
Se que suena bastante disparatado y me pasó ayer, cuando recorría la calle que me lleva del trabajo a la casa, creí caminar hacia la casa de mi abuela. Unas campanadas de iglesia a lo lejos, reforzaron la idea de estar en época de feria. El purpura de la tarde casi me permitió ver a mi abuelita Celia persiguiendonos a mi y a mis hermanos para evitar perder nuestros ahorros en el puesto de lotería frente a la iglesia de San Pascualito Rey.
Esto me sucede justo cuando cae la tarde, en el instante que el calor sofocante se va desvaneciendo y el olor a tierra mojada llega antes de la lluvia.
Me gusta caminar, sentirme en mi propia dimensión, en el hogar que mezcla lo mejor de cada uno de mis mundos.
Disfruten de su casa, donde quiera que esté.
PD. Me acordé de una de las mejores películas que he visto en mi vida y lleva el título de esta entrada: Before the rain, opera prima del director Milcho Manchevski, exiliado macedonio. Que logró un sincero testimonio de belleza, violencia y esperanza. Los conflictos étnicos en los Balcanes, son el marco de tres historias sencillas que buscan cerrar los ciclos que han dejado inconclusos los personajes a lo largo de su existencia.
3 comentarios:
Que hermoso Blog...
Yo vivo en el Edo. de México asi q p mi el DF es como la "metropoli enkantada". Es ese lugar al cual no voy muy segudo pero me enkanta visitar digan lo que digan.
Escribes muy bien, sigue asi (t ganaste q me suscriba a las Feed d tu blog ^-^)
Estimado Kozner
Gracias por leer y espero seguir cubriendo tus expectativas con las sigueintes entradas. Ojalá puedas recorrer tu metrópoli encantada con más frecuencia.
"antes de la lluvia" es re- padre
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