lunes, 8 de diciembre de 2008

Jugo de malandrina

Desde el episodio de bronconeumonía, la doctora me recetó unas ampolletas que tengo que tomar en ayunas con jugo de naranja. Ese ha sido el motivo para alterar mi camino habitual y desviarme hasta donde hay varios puestos de comida. “La tía” es la única que vende jugos en esa avenida de fritangas y comercio informal que está frente a la gasolinera.

Como llevo una semana de religioso peregrinaje hasta su laminado expendio, hoy por la mañana me dijo decidida:

-¡chamaca! (casí le doy un beso por lo de chamaca) hay que variarle, pa’ que suban las defensas. Hoy le sirvo uno de malandrina ¿cómo ve?

Quisé hacerme la graciosa y le dije:
-No conozco esa fruta, pero igual sabe rico.

“La tía” contestó:
-Así le dicen mis nietos…

Además, tiene carita de que le gusta más el jugo de malandrina que el de mandarina-

Sigo pensando ¿qué quiso decir?