El día de hoy, tenía la intensión de escribir sobre la mala utilización de los códigos de comunicación que hacen de nuestras relaciones humanas, algo deficiente y conflictivo. Sin embargo, hace rato se presentó en el umbral de mi oficina el buen Sr. González (un amigo, a quién hace mucho no veía por estos rumbos) que tuvo el detalle de regalarme un chocolate y cambiar el ánimo de lo que quería escribir en un día tan laaaaaaaaaargo como este.
Breve historia de micro
La vida es difícil, sentenciaba aquel hombre que trepó de un brinco al micro. Yo iba más bien dormido, no le hice mucho caso. Después de un rato, la pesada figura se acercó a mí con determinación y extendió a la altura de mi nariz un chocolate en forma de corazón diciendo:
La vida es difícil, sentenciaba aquel hombre que trepó de un brinco al micro. Yo iba más bien dormido, no le hice mucho caso. Después de un rato, la pesada figura se acercó a mí con determinación y extendió a la altura de mi nariz un chocolate en forma de corazón diciendo:
-Para la novia, joven-
Yo contesté.
- No tengo, gracias. Y me sumí de nuevo en el duro pero acogedor asiento del micro.
- No tengo, gracias. Y me sumí de nuevo en el duro pero acogedor asiento del micro.
Insistió.
-Para su mamá, para una amiga. Son chocolates finos.
Resignado, lo observé de pies a cabeza.
-Para su mamá, para una amiga. Son chocolates finos.
Resignado, lo observé de pies a cabeza.
Él replicó al obtener mi atención:
-Son dos corazones por diez pesos, ¿a poco no es una ganga?
Saqué, diez pesos y obtuve dos corazones.
En tiempos donde la Navidad es en agosto gracias a los supermercados; nunca sé si realmente vale la pena detenerse a pensar en el día del amor y la amistad. Merci pour le chocolat!
PD. Mucho trabajo, las entradas se espaciaran un poco estas dos primeras semanas de febrero. Evers, prometo dedicarle una entrada “séntida” y enjundiosa. Nada más deje que pueda dormir más de tres horas y ya verá.
-Son dos corazones por diez pesos, ¿a poco no es una ganga?
Saqué, diez pesos y obtuve dos corazones.
En tiempos donde la Navidad es en agosto gracias a los supermercados; nunca sé si realmente vale la pena detenerse a pensar en el día del amor y la amistad. Merci pour le chocolat!
PD. Mucho trabajo, las entradas se espaciaran un poco estas dos primeras semanas de febrero. Evers, prometo dedicarle una entrada “séntida” y enjundiosa. Nada más deje que pueda dormir más de tres horas y ya verá.