Avanzamos unos kilómetros más rumbo a San Cristóbal...
Pasamos por tres comunidades, todo estaba verde. Ya eran casi las tres de la tarde, mi estómago comenzó a sonar (de hambre) al ritmo de una canción de los beatles que sonaba en la radio del coche. La señal era muy mala y mamá tarareaba las notas perdidas.
Yo seguía asomada por la ventana, disfrutando de ser hija única (tengo tres hermanos menores) creo que tenía más de 20 años que mis papás y yo no viajabamos así. Ellos adelante y "la nena" atrás, haciendo preguntas y tomando fotos.
Cuando tenía 4 años, papá me regaló un cámara de plástico con la que solía tomar fotos de mis pies y cuanta cosa me llamará la atención, en aquella época trabajaba en el periódico "La voz del Sureste" y tenía un buen descuento en revelado (debería buscar esa fotos y escanearlas, será interesante saber como era mi mirada en aquellos años. Habrá que esperar hasta el siguiente viaje)
Casi 27 años después "la nena", ya con un juguete digital que hace maravillas con la exposición, vio desde la ventana de un coche algo que llamó su atención. Una acción que pidió no una sino tres fotografías.