viernes, 14 de marzo de 2008

Crónicas de Malta y Levadura

Durante mis años de adolescencia y juventud, no fui fanática de la cerveza. Extraño, pues las primeras experiencias con alcohol, suceden con esta económica bebida. Tomar una "chela" era algo más bien ajeno, tenía ciertos prejuicios, entre ellos se encontraban el sabor amargo y el aumento de las dimensiones estomacales al ingerirla. Poco a poco y debido a visitar dos lugares en los que una cerveza es más común que el agua comencé a desarrollar un gusto especial por esta mezcla de cereales malteados y lúpulo.  Todo comenzó en Monterrey, cuando hicimos los programas de historia de Nuevo León. Una de las paradas obligadas fue la antigua Cervecería Cuauhtémoc, esa ladrillada fortaleza que además de ofrecer un recorrido por los procesos de elaboración, tiene un interesante Jardín de la Cerveza donde todo el día es un OctoBeer Fest con grifos de Carta Blanca a presión gratuita (aun dicen que solo puedes formarte tres veces, pero, muchos sobrepasaron la cuota sin problemas). Yo como que le hice el fuchi a la Carta Blanca pues la consideraba una marca de menor calidad, sin embargo aquí en el norte es una de las cervezas más valoradas y vaya que me la hizo tomar una persona confiable (gracias Eva, si no la hubieras tomado tú quiza no la habría probado). 

El segundo lugar que me hizo reconsiderar este elixir fue Bélgica, vaya algarabía que agarré durante mi luna de miel con la Mort Subite Kriek. Cuando entramos esa taberna cerca del centro de Bruselas, Luis pidió como siempre una cerveza oscura muy parecida a la Guiness y yo le pedí al cantinero, me sirviera una cerveza que intuyera me gustaría; con la única condición de que fuera de producción nacional. Y apareció sobre la barra de madera una copa redonda y transparente que permitía admirar las burbujas  de un líquido rosa, con aroma a cereza. Tomé uno, después pedí otro más y cuando ya me estaban sirviendo el tercer trago, levanté mi copa y brindé diciendo: Esta es la mejor cerveza que he probado en la vida, es mi favorita de ahora en adelante. Él me vio con ternura y me dijo, es una lástima que solo podamos conseguirla aquí. A lo que contesté: Ya tenemos más pretextos para regresar.

La buena noticia es que una querida amiga que vive en Bélgica, viene  a México y le mandó a todos los amigos un mail en el que nos avisaba las fechas de su visita y que le enviáramos nuestra lista de encargos. Por supuesto que lo primero que le pedí para mí, fueron unas botellitas de mi preciada cerecerveza y para Luis unos chocolates.

PD. Queridos Sophie y Raúl, espero que puedan traer por lo menos una. El texto no es presión, solo he respirado demasido lúpulo en Monterrey. Me da gusto saber que los veré pronto.

PD2. La cerveza es una bebida que se caracteriza por su elevado contenido de antioxidantes y esta constituía por agua un 85% aproximadamente, por lo que un consumo moderado después de la actividad física es útil para permitir una mejor rehidratación y recuperación del esfuerzo atlético.

jueves, 13 de marzo de 2008

Underground

Hoy me subí al Metrorrey y fue una buena experiencia.

Después de varías entrevistas, el chofer que nos hace favor de darnos movilidad en la Sultana del Norte, nos pidió una disculpa por no poder pasar por nosotros para llevarnos a comer. Y como nuestro centro de operaciones es Ciudad Universitaria (al norte de MTY) no hay muchas opciones de comida y lo peor es que no dan factura. Como una epifanía levantamos la vista al cielo y descubrimos la estación Universidad que nos llevaba directamente al centro, donde hay restaurantes buenos, de precios moderados y que tienen comprobantes fiscales. Mi equipo de producción y yo abordamos el transporte con singular entusiasmo y mientras lo hacíamos el camarógrafo comenzó con las comparaciones, que si el metro de MTY copiaba los nombres de las estaciones del DF, a lo que el asistente agregó, que le faltaban los ambulantes y empezó a vociferar: Se va a llevar... Bara, bara de novedad. Yo los escuchaba y recordé porque en provincia no nos caen bien algunos capitalinos. 

Mi reflexión en silencio me dejó disfrutar mi propio trayecto. No importa en que parte de mundo estés el metro es uno de los transportes más eficientes, baratos y poco contaminantes que existen. Disfruto mucho de viajar ese transporte universal. Con vendedores de mercancías insólitas como en la Ciudad de México. O las advertencias para evitar romperte la madre en el tube de Londres. Y que decir de cuando tomas un tren express en Nueva York y ves frustradas las intenciones de bajar en una estación intermedia, pues subiste sin fijarte, lo más seguro es que puedas retomar tu camino hasta Brooklyn. Tomar el metro de Madrid con el mapa literario de Almudena Grandes y venir cantando con tamborileros en el anden de la estación Santiago Bernabeu después de un España 3 Suecia 0. Dejé al final mi trayecto favorito, las estaciones temáticas de París, la interpretación del interior del submarino Nautilus en la estación Arts et Métiers, aquellas lámparas de los andenes de La Cité, las entradas art decó y mi sueño guajiro de encontrar en algún tunel del subterráneo francés a Manu Chao cantando.

Fue entretenido abstraerme y pensar en esos viajes de metro, en un Metrorrey, limpio, sencillo y rápido que le permite a cualquier pasajero, echar una pestaña, leer o simplemente mirar al horizonte mientras llega a su destino.

Oye chofer llévame a donde quieras
llévame a la Villa o San Simón
llévame a Copilco a Contreras,
Pero no me lleves hacia al metro Balderas.
Rockdrigo

miércoles, 12 de marzo de 2008

Otra vez al norte


Tengo suficientes horas de vuelo en la ruta Ciudad de México Monterrey y viceversa. Dentro de poco veré si me acreditan como piloto, o de perdida junto kilómetros para canjearlos por boletos a unas buena vacaciones. De nuevo estoy al norte de la cordura al oeste de la sensibilidad. Llevo tres días con una gripa del demonio y he comido mucha carne (las agujas norteñas están muy buenas) Lo importante es que recobre fuerzas para volver a escribir.

Después de cenar, prendí la TV y le cambié a Warner Channel, buscando una serie que con su primera temporada ha llevado a mis monótonas noches de martes fuera de mi casita, entretenimiento inteligente y algo perverso.

Californication es una comedia de situación, que le permitió a David Duchovny sacudirse de una vez por todas al frígido agente Mulder los X files. Dochovny regresa transformado en Hank Mooder, un desfachado pero atractivo escritor de novelas en una laguna creativa que le costó su familia y mudarse de Nueva York a Los Ángeles (Algo asi como cambiarse de San Cristobal de las Casas a Tuxtla o del Distrito Federal a cualquier otra ciudad de menos de 8 millones de habitantes) Los guiones son ingeniosillos, llenos de información sobre buena música y libros. El casting es discreto pero efectivo.  Prefiero verlo a las 12 de la noche, pero seguro pasa en otros horarios. Échenle un ojo. Por lo pronto dormiré de muy buen humor.

Los dejo con una frase del recientemente célebre Hank Mooder:
Por fin pude escribir, pero escribir de verdad. No eso que hago para el maldito blog.

PD. Le bajé 48 segundos a las 5 millas, llegué en lugar 8 de mi categoría, 29 de rama y 226 general. Esto  de correr se vuelve adictivo.

PD2. Si alguien tiene un buen remedio casero y natural para la gripe, agradeceré sobremanera a quién se tome el tiempo de mandarme una receta