viernes, 4 de julio de 2008

Razones por las que quiero ir a Tokio

La literatura de Haruki Murakami
Los cerezos en flor
El té
El mercado de Ameyoko
Templo de Sensoji
El Museo de la espada japonesa
Los luchadores de sumo
Probar las versiones originales de soba, tempura y chanko
Un partido de besibol en el Tokio Dome
El Palacio Imperial
MOMAT Tokio
El teatro de marionetas
Shibuya
Un karaoke
(aunque no lo crean, sospecho que debe ser toda una experiencia)

Recibir el año nuevo.
En los templos budistas japoneses se tocan 108 campanadas,
3 por cada uno de los 36 defectos humanos según el budismo.

jueves, 3 de julio de 2008

Lo que pensé por la mañana


Koudelka
A veces no soy yo, soy otra.
No queda un gramo de mi espíritu.
No hace calor, ni frio. No se siente nada.
Me veo borrosa, como en una carretera con distorsiones de humedad.

Otras veces, me reconozco,
la conciencia me juega malas pasadas, 
desprende los botones de la cordura.
Intento remendar el camino que se deshilacha a mi paso.
A pesar de todo, guardo una esperanza.

Me detengo y espero a que una estrella fugaz me desmienta,
vuelvo a pedir un deseo,
ojalá esta vez,
contra todos mis pronósticos
el sueño se cumpla.

martes, 1 de julio de 2008

La insatisfacción como guía

Joan Miró era contador, cuando trabajaba en la droguería Dalmau y Oliveres no pudo soportar el trabajo contable; sufrió una crisis nerviosa que determinó su verdadera vocación: La pintura.

Uno de los cuadros que más se aleja de lo que comunmente conocemos como el estilo de Miró es Naturaleza muerta con zapatos viejos, pintado en 1937.

Miró emplea esa violencia y agresividad de colores por única vez. Se permite un descanso de su estilo: Las famosas Constelaciones.

Después de hacer por mucho años lo que le gustaba, Miró se sintió estancado y dijo: ¡Quiero asesinar la pintura!

Como se vió en la imposibilidad de matarla, se propuso por lo menos superarla. La insatisfacción, curiosidad y su afán de llegar más allá, lo llevaron a experimentar en cuantas técnicas y materiales existieran.

Esta reflexión sobre Miró me hace verlo con envidia, quiero emularlo. Asesinar el cine y la literatura. Ser valiente y retarme a mi misma, trabajar duro y no tenerle miedo a la creación (con los riesgos que conlleva)

Estoy triste, hoy esperaba cambiar el rumbo. Los resultados no fueron los que yo esperaba. Sin embargo hay un plan B y me esforzaré por realizarlo. Siempre es bueno tener un plan B o por lo menos un kit de emergencia que nos permita flotar en una inundación lagrimal o soportar una despresurización emocional.

El próximo año lo volveré a intentar. Eso de la adjudicación de becas es tan relativo; lo cierto es que no tengo lana para pagarme un Master (al menos no el que quiero) ni modo: Cést la vie.