Hoy me quedé dormida, no escuché el despertador.
Anoche trabajé hasta tarde en un “bomberazo”, mi trabajo de estos últimos seis meses han sido puros proyectos de última hora. Aun no me acostumbro al cambio de horario, cuando me asomo por las persianas acsi siempre me encuentro con un engañoso cielo gris viscoso, que generalmente, apoya mi moción de quedarme en cama.
Hoy minutos después de mi morfeistico descuido, salté de la cama, llame al trabajo, comí el cereal aun crujiente (una pesadilla, solo me lo como cuando ha reposado por menos 10 minutos, los expertos opinan que mi práctica es asquerosa) me bañe, me vestí y salí a las entrañas del mostro (no monstruo, la ciudad de México es un mostro que baila y canta a pesar de su desgracia)
Nunca he tenido problemas de sueño, mi bronca siempre ha sido levantarme por las mañanas, lo único que puedo hacer temprano es correr y como llevo casi una semana sin entrenar gracias al maldito resfriado crónico que agarre desde mi cumpleaños 33 ¡¡¡por los clavos de Cristo!!! (Humberto esta expresión no significaría nada si no la hubieras gritado a mitad del canal), no existe motivación para abandonar las sábanas.
Extrañaba escribir y leer. Hoy llegue tarde al trabajo, pero ya no tengo pendientes; sin embargo hay un nuevo director general y la neta no me preocupa. La tos va cediendo gracias al Jarabe de Ajolotes y tengo boletos para los Flaming Lips.
Hoy escuché en el tráfico de medio día (que cinismo el mio) I want the world to stop de Belle & Sebastian... Give me the morning, give me understanding...