martes, 6 de mayo de 2008

Centro de Canje

Hoy es una de esas tardes en las que desearía que las taparroscas de los refrescos de cola, sirvieran para canjear una tarde en la oficina por un Martini y unas chanclas (vaya que derrocho estilo con esa combinación) Desgraciadamente aun no existe tal promoción y le cuelga para que pueda abandonar el edificio. Mañana salgo de viaje, aunque es más pesado trabajar fuera, lo prefiero.

Andar de quejita, me recuerda una serie que no sé si me gusta por el estilo documental o por lo irónico que resulta recrear lo que sucede en la oficinas. THE OFFICE; aunque la inglesa me gustaba más, solo están transmitiendo la versión gringa y la neta Steve Carrel quedó que ni pintado como el patético jefe. Y para aquellos que nunca han trabajado en una oficina les hago una breve descripción de los personajes “tipo” que se pueden encontrar: El empleado chistosito, lamebotas y patiño del jefe; el gordito hipertenso que mantiene a 6 hijos; el que de galán solo tiene la actitud; la secretaria que gasta más de lo que gana; el hombre gris y mediocre que trabaja para no alterar su rutina; los que si van a trabajar y el rebelde que también trabaja, pero protesta contra lo establecido(pero como el trabajo está escaso no renuncia, aunque ganas no le faltan). Con este último siento altas dosis de empatía.

Me acordé de la serie porque hace rato hubo un episodio con el fax. (¿Queeeeé es eso? En la era del correo electrónico, que primitivo) Qué me hizo desear aun más el Martini y las chanclas. Dos veteranas secretarias tenían que recibir un fax con un mapa que enviaba no se quién para llegar a no se donde y algo falló, no había papel, no había línea. Finalmente el mapa no llegó y era ultra urgente. El combate de las dos guardianas del único fax, que cómo reliquia permanece en esta empresa alcanzó proporciones de Mercado. No fue divertido, me choca el escándalo, sobre todo cuando se puede resolver de forma sencilla.

Ya falta poco. Hubiera preferido un capítulo de THE OFFICE y no este round telenovelero por nada (alguién debería escribir los guiones en la vida cotidiana, para que hubiera más acción y menos tonterías)

Gotitas motivacionales antes de correr la Media Maratón:

Tu voluntad puede transformar tus lágrimas en sudor.
Tu desgano en sacrificio.
Tu duda en convicción.
Pablo Carozo. Recordman argentino de atletas no videntes en 100 y 200 mts

lunes, 5 de mayo de 2008

21 KM

Es de mis lectores conocido que el lunes me causa antipatía, preferiría que la semana comenzara un martes o todos los días fueran viernes. Desgraciadamente en este sistema neoliberal hay que comenzar los lunes, me pregunto si en el socialismo la semana iniciaba otro día.

Regresando a días menos hostiles que este, resulta que este fin de semana, siguiendo mi entrenamiento (obsesivo-compulsivo para algunos e inspirador para otros) fui a Chapultepec para registrar mi tiempo de media maratón, pues el 11 de mayo correré esa distancia en competencia (que nervios, además la ruta está pesada hay varias temibles subiditas de asfalto) Esta prueba es el entrenamiento más importante previo el Maratón de la Ciudad de México en agosto (pues tendré un promedio real del tiempo en que lo terminaré). Buenas noticias, no me desmayé ni volví el estómago. Aunque tampoco romperé un record en mi categoría, pero terminé mis primeros 21, 097 KM en dos horas con dos minutos y veintitrés segundos. Un poco más de 15 vueltas al lago mayor fueron suficientes para completar la distancia.

Pero la resaca de la insolación provocada por en entrenamiento (aunque empecé temprano, dos horas después el sol era despiadado) hace que en mi sueño de la tarde, abunden situaciones disparatadas. Soñé que estaba en un tianguis de autos, de esos que ponen al lado de las carreteras y se suponía que iba a comprar un coche de segundo uso (ahora llamados clásicos) mientras curioseaba los modelos como el plymouth barracuda, se acercó una vieja amiga y me pidió que entretuviera a su compañera de viaje, pues quería un modelo que no lograban encontrar. Y ahí estaba yo en medio de un polvoriento tianguis de coches de Tijuana, platicando con Amy Winehouse (juro que estaba dormida, no pacheca). Lo chistoso es que ella no hablaba español y yo no hablaba en inglés pero nos entendíamos y según recuerdo hasta dulces chiapanecos le ofrecí (suspiros y chimbos, ¡Ah! Ya se me antojaron).
Para no hacerles larga la secuencia de mi Submarino Amarillo con esta creepy estrella tatuada del Brit Soul. Mi vieja amiga, de cuyo nombre no logro acordarme, llegó con uno de estos taxis cocodrilo que por supuesto nunca he visto despierta. Amy pagó con un bonche de libras el favor y me invitó a recorrer Londres por la derecha. ¿Cómo llegamos de Tijuana a Londres? No tengo idea. Quizá cruzamos el atlántico sobre el lomo del cocodrilo. Una siesta reparadora se convirtió en una fantasía musicalizada, sonaba You Know I’m No Good.

Hay momentos en la vida de una persona, en que medio litro de helado puede cambiar por completo la perspectiva del mundo. Las cosas que nos hacen más felices son accesibles y sencillas. Les recomiendo el sabor Cherry García de Ben & Jerry’s