Hoy es una de esas tardes en las que desearía que las taparroscas de los refrescos de cola, sirvieran para canjear una tarde en la oficina por un Martini y unas chanclas (vaya que derrocho estilo con esa combinación) Desgraciadamente aun no existe tal promoción y le cuelga para que pueda abandonar el edificio. Mañana salgo de viaje, aunque es más pesado trabajar fuera, lo prefiero.
Andar de quejita, me recuerda una serie que no sé si me gusta por el estilo documental o por lo irónico que resulta recrear lo que sucede en la oficinas. THE OFFICE; aunque la inglesa me gustaba más, solo están transmitiendo la versión gringa y la neta Steve Carrel quedó que ni pintado como el patético jefe. Y para aquellos que nunca han trabajado en una oficina les hago una breve descripción de los personajes “tipo” que se pueden encontrar: El empleado chistosito, lamebotas y patiño del jefe; el gordito hipertenso que mantiene a 6 hijos; el que de galán solo tiene la actitud; la secretaria que gasta más de lo que gana; el hombre gris y mediocre que trabaja para no alterar su rutina; los que si van a trabajar y el rebelde que también trabaja, pero protesta contra lo establecido(pero como el trabajo está escaso no renuncia, aunque ganas no le faltan). Con este último siento altas dosis de empatía.
Me acordé de la serie porque hace rato hubo un episodio con el fax. (¿Queeeeé es eso? En la era del correo electrónico, que primitivo) Qué me hizo desear aun más el Martini y las chanclas. Dos veteranas secretarias tenían que recibir un fax con un mapa que enviaba no se quién para llegar a no se donde y algo falló, no había papel, no había línea. Finalmente el mapa no llegó y era ultra urgente. El combate de las dos guardianas del único fax, que cómo reliquia permanece en esta empresa alcanzó proporciones de Mercado. No fue divertido, me choca el escándalo, sobre todo cuando se puede resolver de forma sencilla.
Andar de quejita, me recuerda una serie que no sé si me gusta por el estilo documental o por lo irónico que resulta recrear lo que sucede en la oficinas. THE OFFICE; aunque la inglesa me gustaba más, solo están transmitiendo la versión gringa y la neta Steve Carrel quedó que ni pintado como el patético jefe. Y para aquellos que nunca han trabajado en una oficina les hago una breve descripción de los personajes “tipo” que se pueden encontrar: El empleado chistosito, lamebotas y patiño del jefe; el gordito hipertenso que mantiene a 6 hijos; el que de galán solo tiene la actitud; la secretaria que gasta más de lo que gana; el hombre gris y mediocre que trabaja para no alterar su rutina; los que si van a trabajar y el rebelde que también trabaja, pero protesta contra lo establecido(pero como el trabajo está escaso no renuncia, aunque ganas no le faltan). Con este último siento altas dosis de empatía.
Me acordé de la serie porque hace rato hubo un episodio con el fax. (¿Queeeeé es eso? En la era del correo electrónico, que primitivo) Qué me hizo desear aun más el Martini y las chanclas. Dos veteranas secretarias tenían que recibir un fax con un mapa que enviaba no se quién para llegar a no se donde y algo falló, no había papel, no había línea. Finalmente el mapa no llegó y era ultra urgente. El combate de las dos guardianas del único fax, que cómo reliquia permanece en esta empresa alcanzó proporciones de Mercado. No fue divertido, me choca el escándalo, sobre todo cuando se puede resolver de forma sencilla.
Ya falta poco. Hubiera preferido un capítulo de THE OFFICE y no este round telenovelero por nada (alguién debería escribir los guiones en la vida cotidiana, para que hubiera más acción y menos tonterías)
Gotitas motivacionales antes de correr la Media Maratón:
Tu voluntad puede transformar tus lágrimas en sudor.
Tu desgano en sacrificio.
Tu duda en convicción.
Pablo Carozo. Recordman argentino de atletas no videntes en 100 y 200 mts