jueves, 14 de agosto de 2008

Ítaca

Lo sé, las entradas en este blog se han espaciado. Sucede que estoy comenzando a sentir los nervios de la carrera por la que me he preparado estos ocho meses (originalmente era la maratón, pero debido a una lesión correré la media maratón)

El domingo 17 de de agosto es el día de romper mi marca: 02:12:41.

Quiero correr en el mejor tiempo posible 21,097.5 mts, de esto depende que en marzo de 2009 pueda correr ahora si, mis primeros 42,195 mts.
¿Porqué corro? Aun no lo sé… Pero lo disfruto.


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
más no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas

Konstantínos Kaváfis, poeta griego.

martes, 12 de agosto de 2008

¿Mató al gato?

Curiosity. Jeff Jordan

Reconozco que soy curiosa, no me puedo quedar con dudas. En mi afán de investigación, pregunto, observo, experimento y leo todo lo que puedo. Mi curiosidad tiene que ver con lo que no sé; no con lo que no me concierne. Intento mantener el factor sorpresa del aprendizaje, aquello que me permita conocer un poco más sobre cualquier cosa o misterio (entiendase como lo inédito, lo ignorado o lo que representa un enigma)

Ejemplos de duda

¿Qué pensaban los indios chiapa antes del saltar por el cañón del Sumidero?
¿William Shakespeare escribió todo lo que se le atribuye?
¿Cuál es el ingrediente secreto que logra la fermetación del pulque?
¿Los bebes poseen el conocimiento universal hasta antes de aprender a comunicarse?
¿Hay tesoros piratas en Yucatán?
¿Por qué las cajas negras de los aviones se llaman así si son anarajadas?
¿Cuánto miden las altas horas de la noche?
¿A qué árbol pertenecen los frutos del trabajo?

Ya en serio…
Cada vez que obtengo una respuesta surgen más y más preguntas.

Curiosidad: Impulso humano que oscila entre lo grosero y lo sublime. Lleva a escuchar detrás de las puertas o a descubrir América. José María Eca de Queirós