He estado bastante ocupada en terminar pendientes de trabajo, en dar las gracias y disculpas a todos aquellos que participaron en el proyecto de arte urbano, que por la crisis y diversas decisiones ya no se llevó a cabo. Sin embargo creo qua me debía una entrada en el blog.
La semana pasada tuve visita chiapaneca, mi mamá pasó unos días aquí y mi hermana decidió celebrar su cumpleaños conmigo. Han sido semanas exhautivas, con mucho trabajo, gente que quiero cerca y un clima extraño que mantuvo la ciudad desde el inicio de las fiestas patrias hasta el viernes que fue lo de la balacera en el metro Balderas.
Camino por el centro histórico (zona en la que ahora trabajo) y aunque el cielo es claro, siento que el aire es pesado y a mi alrededor hay una calma perturbadora. Me gustaría pensar que muchas cosas que siento cuando voy por la calle, son resultado de mi -mal dormir- como diría la abuela.
La semana pasada tuve visita chiapaneca, mi mamá pasó unos días aquí y mi hermana decidió celebrar su cumpleaños conmigo. Han sido semanas exhautivas, con mucho trabajo, gente que quiero cerca y un clima extraño que mantuvo la ciudad desde el inicio de las fiestas patrias hasta el viernes que fue lo de la balacera en el metro Balderas.
Camino por el centro histórico (zona en la que ahora trabajo) y aunque el cielo es claro, siento que el aire es pesado y a mi alrededor hay una calma perturbadora. Me gustaría pensar que muchas cosas que siento cuando voy por la calle, son resultado de mi -mal dormir- como diría la abuela.
El domingo es el Medio Maratón Internacional de la Ciudad de la Ciudad de México, creo que me tiene que ir mejor, entrené, comí bien, espero que se una buena carrera. Pero lo que más me emociona del 27 de septiembre es recorrer la ciudad con ojos neutros, con el espíritu libre y algo de esperanza.