viernes, 27 de junio de 2008

The Big Bang Theory

Me he vuelto fan de una serie que para muchos es bastante “teta”. Debo confesar que hay cierto grado de identificación, pues me recuerda la preparatoria. Los “matados” formabamos un eslabón perdido en la escala social del preuniversitario.

The Big Bang Theory, es una comedia de situación en la que Leonard y Sheldon, dos físicos que comparten departamento viven la dificultad de relacionarse con su nueva y atractiva vecina. A este par los complementan Howard Wolowitz, desguanzado galancete que usa ropa tipo Austin Powers (con el modjo extraviado claro) y Rajesh Koothrappali tiene la disfuncionalidad de no poder hablar con mujeres.

Los dialogos son muy agudos y mi personaje favorito es Sheldon. Jim Parsons es el único actor en la televisón que puede presumir de haberse caracterizado como “el efecto doppler” en una fiesta de disfraces, acomodar sus cereales de acuerdo al porcentaje de fibra y ser ligeramente obsesivo complusivo con la vida diaria...de los demás.

Podría parecer una más entre las series que la televisión americana ha dedicado a los nerds; donde agotan los chistes sobre matemáticas, ciencia y la complejidad social que representa para los freaky o geek convivir con sus semejantes.
The Big Bang Theory, evita el cliché y los televidentes exigentes lo agredecemos. Está tan bien escrita, que utiliza lugares comunes para luego dar una vuelta de tuerca a las situaciones más simples. Recomiendo pasar una noche de martes (imaginando que es viernes) frente al televisor con humor sarcastico, ácido y por ratos bastante negro. No se dejen llevar por los tonos pastel que brotan de la ambientación.

Inicialmente, tenía el propósito de escribir sobre la noticia de la jubilación del Bill Gates. El gran icono del competitivo universo tecnológico, que se despidió hoy de Microsoft para dedicarse de lleno a la filantropía (que envidia) Gates, de 52 años (ya puede quedarse en su casa, paseando en boxers y jugando Xbox) quizá fue como alguno de los personajes de esta serie, sino lo creen observen bien la fotografía de esta entrada.

Felicidades Bill, todos deseamos una jubilación similar a la tuya, disfruta de hacer buenas obras, viajar por el mundo y de cansarte de descansar.

Los dejo con una gran reflexión del buen Gates:
¿Qué tal si a Colón le hubiesen dicho, Cris, cariño, no vayas ahora, espera a que resolvamos primero los problemas más importantes: la guerra, la pobreza y el crimen, la contaminación y la enfermedad, el odio racial…?

jueves, 26 de junio de 2008

Caricaturas. Presenta, nombres de…

Hace mucho me senté con varios amigos a platicar sobre caricaturas de la infancia. Resulta de tal suerte que nadie conocía muchas de las que yo había visto durante mi niñez y viceversa.

Mi infancia había transcurrido muy lejos de la ciudad capital. Mi única referencia de televisión infantil común era Chabelo.

La televisora regional de Chiapas, fue la encargada de mi entretenimiento y educación visual en mis primeros años (de los 4 a los 12 por lo menos)
¿Marsupilami?
¿La abeja Maya?
¿Barbapapá?
¿Cuentos japoneses del teatro de las sombras?

Algunos de mis cuates, dijeron que yo era tan imaginativa, que le había inventado una historia a las barras cromáticas que aparecen en antes de que un canal inicie su programación. (Teoría que fue descartada cuando regresé de mi primer cruce por el atlántico).

Tiempo después, descubrí que la televisión chiapaneca compraba series y caricaturas viejas a bajo o nulo costo. Esa programación provenía de Francia, España, Belgica y Japón. Fui muy feliz cuando descubrí que Marsupilami era un icono en París y Bruselas (además que es chistosisimo escucharlo hablar en francés) Encontré figuras de acción de todos estos personajes; que por un momento creí producto de alucinaciones infantiles, provocadas por tomar tanto tascalate (bebida tradicional chiapaneca, hecho con maiz tostado, piñones, canela y achiote que le da una tonalidad de agua de ladrillo)

Cuando llegué a la Ciudad de México no sabía quién era el Tío Gamboín (y ya tenía 18 años) y aun ahora me reclaman no saber de la existencia del Agente 86 - ¡Pero cómo, si es el inventor del zapatófono!- Sin embargo, hoy (entiendase mi presente) estoy agradecida por el suministro de información que he tenido en lugares específicos y con determinadas personas en el momento justo de mi vida.

Venir de otro mundo (como señalaron muchos de mis compañeros de la universidad) me ha permitido ir aprendiendo lo más valioso de cada universo.

Me siento agradecida con todos aquellos que siguen contribuyendo en mi continuo aprendizaje.

Un experto es alguién temeroso de aprender algo nuevo. Pues entonces, dejaría de serlo. Harry S. Truman

lunes, 23 de junio de 2008

(What's so Funny 'bout) Peace, Love & Understanding?

Con ustedes el Sr. Elvis Costello.
Es un video viejito, pero la letra es buenísima.





PD. Mucho trabajo, pero también mucho por compartir. 
Prometo volver a agarrar el ritmo de escritura. Por ahora Música, 
ojalá la disfruten tanto como yo.

Una prueba de amistad


Nuestra rutina de cada mañana era hacer tranquilas caminatas. Tres vueltas alrededor del parque, eran suficientes para que pudiera hacer sus necesidades sin prisas, disfrutar del paisaje y darme tiempo de llegar al trabajo.

Hace algunas semanas comenzamos a entrenar. Las salidas eran una hora más temprano que de costumbre y la vueltas al parque pasaron de ser tres a ocho. Solo entrenamos 4 veces y nuestro mejor tiempo fueron 18 minutos con 21 segundos.

Llegó el día de ir por nuestro paquete de corredores. Creí que se pondría nervioso entre tanto canino de diferentes tamaños, colores y formas. No fue así. El Burton actuaba con mucha seguridad, como si supiera lo importante que era para mí, saber que contaba con él.

No ladró, de vez en cuando gruñía pues no le gusta el congestionamiento, ni humano, ni perruno.

El día del Perrotón llegó. El Burton se dejó poner el número sobre un paliacate rojo que lo hacía ver muy galán. Llegamos, trotamos para calentar y convivimos con algunos competidores (una perrita salchicha y un gran danés que no dejaban de juguetear a pesar de la diferencia de tamaño)

Nos llamaron a la línea de salida. Fue en ese momento cuando me puse nerviosa. Había muchos perritos inquietos a los que sus dueños no podían controlar. El Burton seguía impasible (de hecho Edhy, la Meka y Luis, que conformaron la porra oficial; estaban sorprendidos de lo bien portado que se había mantenido)

La carrera empezó accidentada, era difícil rebasar a corredores enredándose con las correas y esquivar a perros atravesados evacuando el exceso de peso a la mitad del carril. Superados los primeros 500 metros nuestro trote fue ligero y continuo (solo había que librar algunas sorpresitas untables) La gente en los camellones de Reforma se arremolinaba a animar a los participantes.

No hicimos ninguna parada técnica (eso nos ayudó mucho). Cuando ya veíamos la meta apretamos el paso y yo le gritaba: ¡ya llegamos perrito!, solo un poco más.

Cruzamos la meta en el minuto 16:27. Quedamos en el lugar 29 de la rama femenil y el 145 de 956 competidores. Mejoramos nuestro tiempo en más de un minuto y medio.
Hoy lunes, el perro negro regresó alegremente a su recorrido habitual de tres tranquilas vueltas por el parque.
PD: Hermanastra. Feliz cumpleanos 26