sábado, 26 de julio de 2008
Es sábado y...
viernes, 25 de julio de 2008
Hoy por ti… Mañana por mí
Esta semana necesitaba ayuda y pensé que sería algo muy sencillo de resolver (y lo fue, pero el apoyo vino de alguien que no esperaba)
Ahora tengo una nueva clasificación de la especie humana con base en la necesidad.
Los que siempre necesitan algo.
Este espécimen no se muerde la lengua y sin rodeos te pide el teléfono de tal o cual persona que necesitan contactar (es despreciable que solo te hablen cuando necesitan algo, pero tienen mi respeto por la franqueza)
Los que te quieren mucho y te hablarían más seguido, pero solo lo hacen cuando algo le urge.
Este prototipo de persona es aquel que te adula, te dice lo importante que resultas en su vida (nunca te envía ni un mail en tu cumpleaños, pero eres super importante para ellos) que está vez eres la única persona a la que pueden recurrir. Los ayudas y vuelven a desaparecer por meses y hasta años.
Los que cuando los necesitas, tienen intensión de ayudarte pero jamás coinciden, sin embargo ellos siempre te encuentran a ti.
Te salen con las siguientes frases:
Neta…Tienes el mismo teléfono
Pero… si te mandé un mail. ¿No lo recibiste?
Perdí mi celular y no tengo a la mano el contacto que me pides (ojo, perdieron el celular y te llaman a los pocos días de haber extraviado la agenda. No perdieron tu número también? )
No todo es malo, también sobreviven las buenas personas
Los que no te han pedido ningún favor y salen en tu ayuda cuando menos te los esperas.
Escuché que necesitabas esto…Te cambian el día
Con los que siempre cuentas y a veces ya no quieres molestar.
No tengo que describirlos, gracias a ellos aun mantengo la esperanza de que la raza humana no solo se mueva por intereses perversos, dinero o contactos.
A mi me gusta ayudar (cuando está a mi alcance, trato de no fallarle a quien me necesita) Pero he abierto lo ojos esta última semana que necesité algo, si quieren llamemosle una insignificancia. Ya cuando pensé que no lo conseguiría, la ayuda vino de alguién a quién le agradezco su apoyo y espero hacerlo reciproco pronto.
jueves, 24 de julio de 2008
Para mantenerme Zen
Aun no he descubierto nada efectivo. Las drogas sintéticas nunca han sido una opción (mi abuelita Celia tomaba Diazepan y se ponía bien groovy). Soy más bien de tecitos, que funcionan para las indigestiones, el mal dormir y en la mayoría de los casos me los tomo porque son deliciosos.
Esta es una pequeñas lista de las disciplinas que han evitado una larga lista de tabiques rotos a mi paso:
Sin palabras, en el top del equilibrio emocional
Yoga
La meditación consiente es la clave para que todo se te resbale,
Correr
Después de la música solo esto calma mi bestia
Leer
La lista de recomendaciones sería larga,
Jugar con el Burton
Entre más conozco a la humanidad, más quiero a mi perro.
Usar tapones para los oidos
Las dos alternativas me han funcionado increiblemente.
Jugar Wii
Está comprobado que los videojuegos pueden mejorar
Viajar
Daría la vuelta al mundo en busca de respuestas,
Escribir un blog
Nunca pensé lo terapéutico que resultaría escribir hacía el infinito,
miércoles, 23 de julio de 2008
En la vida real, nada encaja
Hace unos días comencé un ritmo de trabajo vertiginoso, pesado y extenuante. Sin embargo en las noches, cuando los anuncios de productos milagrosos, gurús de superación personal y capítulos repetidos de mis series favoritas atiborran los no sé cuantos cientos de canales de TV por cable, recurro al DVD.
Aquella noche, debí haber llegado directo a la cama y descansar; pero decidí ver una extraña película dirigida por Alex de la Iglesia (es de mis consentidos, pues eso de la sangre, zombies y personajes siniestros solo se lo aguanto a él) llamada La Comunidad.
Esta cinta es vieja, fue estrenada hace 8 años; pero no la había visto. Creo que La Comunidad es el mejor trabajo de Alex de la iglesia. Consigue un bizarro equilibrio entre humor, terror, supenso y aventura (aunque mi favorita sigue siendo El Día de la Bestia, con menos presupuesto, pero con un gran tema)
Por momentos te mueres de la risa, otros te da ansiedad y más adelante estás en una persecusión insólita. Carmen Maura (de las primeras chicas almodovar) me cae muy bien en el personaje de Julia y varias secuencias me recuerdan a Hitchcock, Polansky y Buñuel en una licuadora. En palabras de Alex de la iglesía, una película como La Comunidad, es una combinación de supense calustrofóbico con acción doméstica.
Lo sé, prometí no escribir sobre cine. Pero Alex de la Iglesia es un chavo (rondará los treinta y tantos el jovenzuelo) que disfruta lo que hace, que tiene oficio y que sabe lo que quiere. Además cada vez que veo los procesos de trabajo de películas como esta (esa es la ventaja de los DVDs importados: Los extras) soy consiente de que el trabajo y la diversión si son posibles, la clave es armar un verdadero equipo de trabajo.
Aun sigo soñando con la secuencia del elevador.