viernes, 18 de julio de 2008

Respuestas en spray

Soy fan del arte urbano, de ese que no necesita un espacio limitado para ser expuesto. Aprendí a disfrutarlo en la calles de varios lugares del mundo. Ahora pongo más atención en los muros, desagües y callejones. En este blog he utilizado muchas imágenes del famoso pero a la vez desconocido artista que firma como Banksy y hoy me topé con alguién llamado Blek Le Rat.

Blek Le Rat empezó en París, mucho antes que Banksy (no le estoy quitándo mérito, solo estoy comentando los hechos) Fue de los primeros en utilizar la técnica del pochoir (plantilla) a principios de los ochenta.

Nunca imaginé que existiera algo así como la vieja escuela de stencil francés. Blek Le Rat cuyo nombre de pila es Xavier Prou está por cumplir 60 años y ha dejado a su paso muchisimos dibujos sombríos de tamaño natural. Soldados, policías, pordioseros, pasajeros en tránsito, ovejas, iconos incómodos y por supuesto Ratas.
Blek Le Rat pisó varias veces la cárcel bajo la siguiente acusación: Ensuciar la propiedad de otros sin consentimiento equivale a vandalismo.

Es maravilloso ser peaton (no es ironía), cuando en tu camino además de las constantes amenazas de atropellamiento y peligros cotidianos, te topas con imágenes inesperadas que te ponen a pensar o simplemente te gustan, contribuyen a que la perspectiva sobre "el ciudadano de a pie" cambie radicalmente.

Cuando en forma distraída, nos encontremos pateando sin querer un bote vacio de pintura en spray, no olviden mirar a su alrededor. Quizá sean los afortunados espectadores de la evolución del arte.

jueves, 17 de julio de 2008

Tierra de cosas preciosas

Anoche soñé que estaba en El Salvador, no fue una pesadilla pero tampoco un sueño.

Hace dos años estuve en San Salvador (visité dos provincias Chalatenango y Cuscatlán) hice este viaje porque en esa época trabajé como investigadora para Discovery Channel Latinoamérica. Mi consigna era obtener toda la información posible sobre el fenómeno migratorio de la Mara y las tropas salvadoreñas enviadas a Irak.

A la par de este trabajo investigación surgió un interés personal sobre la sociedad civil salvadoreña y comencé a escribir sobre la figura de la familia en el Salvador (si es que el término puede aplicarse) hice a un lado de los complejos procesos políticos que ha vivido un país cuya guerra civil duró 12 años y me dispuse a convivir con militares que se enlistan “voluntariamente” en la guerra de Irak, con un empresario transportista extorsionado por maras; platiqué también con mujer que contra todos los pronósticos se salió de una clica y sigue viva. Compartí un café con un funcionario público que estuvo a cargo de los penales de aquel país y cuya teoría le valió su “dimisión” del puesto.

Nunca había tenido un guardespaldas y en ese país lo tuve: El Subcomandante Fuentes, que no se separó de mí en nungún momento. Era mi sombra y su encomienda era llevarme a todos lados sana y salva (fué incómodo al principio, pero después nos hicimos amigos) Entendí que debía cuidarme aunque la amenza nunca fue clara. Eso si, todos estaban armados, comerciantes, civiles, estudiantes. El ambiente no era hostil pero olía a polvora.

Despues de varias semanas llegó el momento de regresar a México. El taxista que me llevó al aeropuerto, platicaba conmigo sobre la vida en el Salvador. Con voz decidida me dijo:
-Vivir aquí no es malo, es peligroso, pero ya estoy acostumbrado y me gusta la comida.-
Mientras lo escuchaba, miraba por la ventana y notaba cada vez más el enorme parecido entre El Salvador y Chiapas; la vegetación, el clima y algunos sonidos.

Aun faltaba mucho rato para llegar al aeropuerto (hay que tomar carretera para llegar él) las nubes anunciaban un aguacero tremendo. Al ver mi cara de angustía por las condiciones climáticas, el taxista me advirtió:
-No se preocupe en esta región llueve tibio y se evapora rápido.-
No entendí bien el sentido del comentario pero imaginé que quería tranquilizarme, que el avión saldría y estaría a salvo. Durante mi estancia en el Salvador no tuve miedo, al contrarío sentí una tranquilida que a muchos les parecería inquietante. Conocí personajes muy complejos, interesantes y valientes.

Ojalá todos los que estuvieron conmigo en el antiguo Señorio de Cuscatlán se encuentren bien.

Un cronista salvadoreño me contó que antes de la llegada de los Españoles, El Salvador se llamaba Cuscatlán que en dialecto Nahuat o Nahoa de los Pipiles (descendientes de los Maya-Quiché de Yucatán) significa "Tierra de Cosas Preciosas"

lunes, 14 de julio de 2008

¡Vive la Résistance!

No hablaré de la francesa, hoy les contaré de mi propia résistance.

Si bien esta résistance no es contra los poderosos países del eje y no incluye a todas las capas sociales, sensibilidades políticas y filosóficas de mi país.

Mi résistance es a la falta de imaginación, a la gente va por el mundo viviendo la existencia que “le toco” vivir, sufriendo y envidiando lo que no tiene en lugar de trabajar por ello. Me resulta molesto dar oídos a quejas pendejas, pláticas estupidas y perder mi tiempo escuchando a personas que creen tener la razón y se expresan como si la hubieran perdido.

Mi résistance a un mundo gris, con frases prefabricadas y lleno de autómatas corriendo a los centros comerciales.

Mi résistance aun no está perdida, es un grito. Una reacción espontánea como el salpullido, nacida de la rebeldía, provocada por la flojera y apatía que parece tener la gran mayoría de los seres que pasan a mi lado.

¡Vive la Résistance!

Hay calumnias frente a las cuales la inocencia misma se siente desfallecer. Napoleón Bonaparte