Soy fan del arte urbano, de ese que no necesita un espacio limitado para ser expuesto. Aprendí a disfrutarlo en la calles de varios lugares del mundo. Ahora pongo más atención en los muros, desagües y callejones. En este blog he utilizado muchas imágenes del famoso pero a la vez desconocido artista que firma como Banksy y hoy me topé con alguién llamado Blek Le Rat.
Blek Le Rat empezó en París, mucho antes que Banksy (no le estoy quitándo mérito, solo estoy comentando los hechos) Fue de los primeros en utilizar la técnica del pochoir (plantilla) a principios de los ochenta.
Nunca imaginé que existiera algo así como la vieja escuela de stencil francés. Blek Le Rat cuyo nombre de pila es Xavier Prou está por cumplir 60 años y ha dejado a su paso muchisimos dibujos sombríos de tamaño natural. Soldados, policías, pordioseros, pasajeros en tránsito, ovejas, iconos incómodos y por supuesto Ratas.
Nunca imaginé que existiera algo así como la vieja escuela de stencil francés. Blek Le Rat cuyo nombre de pila es Xavier Prou está por cumplir 60 años y ha dejado a su paso muchisimos dibujos sombríos de tamaño natural. Soldados, policías, pordioseros, pasajeros en tránsito, ovejas, iconos incómodos y por supuesto Ratas.
Blek Le Rat pisó varias veces la cárcel bajo la siguiente acusación: Ensuciar la propiedad de otros sin consentimiento equivale a vandalismo.
Es maravilloso ser peaton (no es ironía), cuando en tu camino además de las constantes amenazas de atropellamiento y peligros cotidianos, te topas con imágenes inesperadas que te ponen a pensar o simplemente te gustan, contribuyen a que la perspectiva sobre "el ciudadano de a pie" cambie radicalmente.
Cuando en forma distraída, nos encontremos pateando sin querer un bote vacio de pintura en spray, no olviden mirar a su alrededor. Quizá sean los afortunados espectadores de la evolución del arte.
Es maravilloso ser peaton (no es ironía), cuando en tu camino además de las constantes amenazas de atropellamiento y peligros cotidianos, te topas con imágenes inesperadas que te ponen a pensar o simplemente te gustan, contribuyen a que la perspectiva sobre "el ciudadano de a pie" cambie radicalmente.
Cuando en forma distraída, nos encontremos pateando sin querer un bote vacio de pintura en spray, no olviden mirar a su alrededor. Quizá sean los afortunados espectadores de la evolución del arte.