martes, 11 de noviembre de 2008

Música, música, músicaaaaaaaaaa

Lo reconozco, he tenido muy abandonado este blog. Puedo echarle la culpa al intenso ritmo de trabajo que alcanzo en los últimos meses del año, pero la verdadera causa ha sido mi primer regalo de cumpleaños.

Cuando el Rock Band llegó a casa todo cambió.
Imaginé que después de unas cuantas rolas, el encanto habría terminado.
Que equivocada estaba.
Ahora cada noche corro a la casa y conecto la batería, cuando me siento valiente la guitarra y si de plano llego cansada nada más saco el micrófono y me pongo a cantar.

Es una de esas extrañas maravillas de la tecnología. Si tocas mal, la rola suena desastroza. Pero si tienes el talento o la cooordinación suficiente, pronto surge la rock star.

Soy súper desafinada, pero me divierto horrores (primero soy Kurt Cobain y a los 3 minutos me convierto en Karen O) la guitarra es una catástrofe. Sin embargo creo que he descubierto mi verdadera vocación: La batería.

PD. Juan, creo que tu peor pesadilla se ha hecho realidad, pronto estaré interesada en abandonar los juguetes y tocar una de verdad. ¿Adivina quién será mi maestro?

4 comentarios:

zocadiz dijo...

no nos cambies por el rock band. o al menos invítanos a jugar a tu casa! ;)

América Gutiérrez dijo...

Juro que no los cambiaré, nada más tengo que dejar que fluya el "enajene". Y estás cordialmente invitada a una gira de rock band, solo hay que ponernos de acuerdo, así que empieza a a afinar. Un abrazo

Anónimo dijo...

Odio la batería, no es tan real como quisiera y no hay doble bombo, ja! Yo soy chris cornell, algún día quiero ser mike patton, phill anselmo o max cavalera, yeaaaah!!
Música Música Música....

América Gutiérrez dijo...

De acuerdo la batería no es tan real y si no le subes lo suficiente se oye el "plasticazo" Sin embargo la ilusión permanece. Que sería de nosotros sin la ficción. Saludos