La música calma las bestias… Y hoy que venía al trabajo en plan de bestia, mientras caminaba sobre Paseo de la Reforma, escuché un hermoso Son que se llama El Amanecer, interpretado con mucho sentimiento por Son de Madera. Técnicamente tendría que estar revisando un guión o escribiendo algo relacionado al trabajo. Pero me permití una pausa antes de continuar con el ajetreo cotidiano, un clima como este amerita un momento de paz.
La frase que da título a esta entrada es mi favorita, sumar algo inesperado a nuestro acontecer, por más sencillo o insignificante que esto sea, es, al menos para mí, una necesidad. Cuentan hasta los postres de tapioca, que probaste en lugar que por distracción ya no recuerdas, pero que con tal de volver a experimentar el bienestar y placer que te causó, estás taladrando la memoria hasta (este fue un pensamiento que no pude sacar de mi cabeza, pensando en cosas insignificantes que me hacen feliz, dónde fue?...maldición)
Empecé a leer un libro de Carver, a quien alguien por ahí lo llamó atinadamente el maestro de los dramas triviales. Disfruto mucho de los personajes que encuentran en una pequeñeces el sentido de su vida, o que no tienen ningún desenlace claro. Situaciones que parecen una foto, pues solo te transmiten el sentimiento del momento y no sabes nada del antes o el después.
Es bueno organizar el día para trabajar, leer y escuchar música.
La frase que da título a esta entrada es mi favorita, sumar algo inesperado a nuestro acontecer, por más sencillo o insignificante que esto sea, es, al menos para mí, una necesidad. Cuentan hasta los postres de tapioca, que probaste en lugar que por distracción ya no recuerdas, pero que con tal de volver a experimentar el bienestar y placer que te causó, estás taladrando la memoria hasta (este fue un pensamiento que no pude sacar de mi cabeza, pensando en cosas insignificantes que me hacen feliz, dónde fue?...maldición)
Empecé a leer un libro de Carver, a quien alguien por ahí lo llamó atinadamente el maestro de los dramas triviales. Disfruto mucho de los personajes que encuentran en una pequeñeces el sentido de su vida, o que no tienen ningún desenlace claro. Situaciones que parecen una foto, pues solo te transmiten el sentimiento del momento y no sabes nada del antes o el después.
Es bueno organizar el día para trabajar, leer y escuchar música.
Creo que eso le trajo el nuevo sonido a mi orquesta del día…Solo me dirá tu oído, que sorda es la lejanía…
3 comentarios:
lo inesperado que arranca sonrisas en días complicados es algo que se agradece profundamente.
Jueves 14 de julio 2010
subí por Paseo de la Reforma escuchando a Los Utrera del Hato, pero pensando en Son de Madera, justo en las Orquestas del día...Al mismo tiempo acabo de leer Catedral de R. Carver...así es esto de las coincidencias en esta ciudad de locos y azares. Saludos
Paola, me da gusto que entre tanto espacio, las coincidencias nos unan. Gracias por leer. Saludos
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