Los que han leído este blog, saben de mi obsesión-compulsión hacía la lectura. En general tengo la extraña costumbre de seguirme derecho y devorar la obra completa del autor que logra atrapar mi atención. Esta vez sucedió con el sueco Henning Mankell (algo pasa con lo proveniente de ese país, soy fan de siempre del cine hecho en aquellos confines, recientemente de la música de The Hives y ahora literatura)
He leído casí toda la saga del detective Wallander (solo me faltan Antes de que hiele y Zapatos italianos) Este héroe solitario y en decadencia me ha hecho pasar entretenidas tardes de invierno. Es curioso, siempre leo obras negras o enigmas criminales hacia finales del año (debe ser el clima y mi actitud de Grinch en la abrumadora época navideña)
Leyendo el País, me enteré de que Mankell acaba de publicar un libro llamado El Chino. Una novela que a decir de su argumento sigue con la intención de restablecer el equilibrio en un mundo trastornado por el mal. Ahora el papel protagónico lo lleva una mujer y parece que la perspectiva se vuelve más global, de enfado con la situación del mundo (mientras escribo esto suena la peculiar voz de Lou Reed en el umbral de mis tímpanos: Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo…. She says, hey babe, take a walk on the wild side)
Bueno, creo que la ansiedad me está alcanzando, espero que esta novela llegue pronto a México (en España la publicó Tusquets y cuesta 20 euros, habrá que ahorrar seguro aquí la dejaran caer en unos 250 o 300 pesos)
Creo que la gran virtud de Mankell es saber narrar. Tiene ese toque de contador de cuentos que es dificil de encontrar. De los escritores vivos que he leído, Henning Mankell ha sido un gran hallazgo. Cuando recuerdo la lectura de Asesinos sin rostro, La pista falsa o Los perros de Riga, más que el acto de leer a solas, tengo la sensación de que alguién, me los ha leído.
PD. Tengo antojo de tamal de chipilín, tascalate y de las hojuelas que hace mi abuelita por estas fechas, espero que pueda darme una vuelta por el pueblo. Quiero ir en enero (que bajen las tarifas y pase el alboroto de fin de año) para la alcanzar la fiesta grande de Chiapa de Corzo, me entusiasma más la idea de ir bailando entre parachicos y chiapanecas, gritando “Viva el señor de esquipulas” y prenderle una velita a uno de mis santos favoritos: San Sebastián Mártir.
He leído casí toda la saga del detective Wallander (solo me faltan Antes de que hiele y Zapatos italianos) Este héroe solitario y en decadencia me ha hecho pasar entretenidas tardes de invierno. Es curioso, siempre leo obras negras o enigmas criminales hacia finales del año (debe ser el clima y mi actitud de Grinch en la abrumadora época navideña)
Leyendo el País, me enteré de que Mankell acaba de publicar un libro llamado El Chino. Una novela que a decir de su argumento sigue con la intención de restablecer el equilibrio en un mundo trastornado por el mal. Ahora el papel protagónico lo lleva una mujer y parece que la perspectiva se vuelve más global, de enfado con la situación del mundo (mientras escribo esto suena la peculiar voz de Lou Reed en el umbral de mis tímpanos: Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo…. She says, hey babe, take a walk on the wild side)
Bueno, creo que la ansiedad me está alcanzando, espero que esta novela llegue pronto a México (en España la publicó Tusquets y cuesta 20 euros, habrá que ahorrar seguro aquí la dejaran caer en unos 250 o 300 pesos)
Creo que la gran virtud de Mankell es saber narrar. Tiene ese toque de contador de cuentos que es dificil de encontrar. De los escritores vivos que he leído, Henning Mankell ha sido un gran hallazgo. Cuando recuerdo la lectura de Asesinos sin rostro, La pista falsa o Los perros de Riga, más que el acto de leer a solas, tengo la sensación de que alguién, me los ha leído.
PD. Tengo antojo de tamal de chipilín, tascalate y de las hojuelas que hace mi abuelita por estas fechas, espero que pueda darme una vuelta por el pueblo. Quiero ir en enero (que bajen las tarifas y pase el alboroto de fin de año) para la alcanzar la fiesta grande de Chiapa de Corzo, me entusiasma más la idea de ir bailando entre parachicos y chiapanecas, gritando “Viva el señor de esquipulas” y prenderle una velita a uno de mis santos favoritos: San Sebastián Mártir.
3 comentarios:
Ojalá puedas escaparte a la tierra chiapaneca!!! suena envidiable!
Heeeey América!!! Me dió curiosidad el chino y me abalancé a él, no hizo falta mas que andar en tren de un lado a otro por una semana y este se acabó. Tengo una extraña sensación de haber leído algunas partes del texto en algún otro sitio, pero no sé donde, en fin me quedo con la sensación y espero nuevas recomendaciones.
Nada, espero que el chino llegue pronto a tus manos.. .
Suku
Que envidia. En cuanto pueda obtenerlo y lo haya leído, te digo de donde pudo originarse la sensación de haberlo leído antes. Un abrazo.
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