Hoy es el cumple de mi abuelo Cándido, el santo de mi Papá y la pesadilla de tercera generación de mi hermanito (tiene 18 años y se llama Cándido) aun no sabemos las consecuencias de haber heredado este nombre.
Quizá para mucha gente esta fecha significa tamales, reuniones y en el pueblo “sentadas de niño” (no sé si aquí en la ciudad también acostumbre a vestirlos y rezarles por sus 40 días de nacido) A estas alturas cualquier celebración regida por un calendario litúrgico ha pasado a segundo plano. Antes estas eran las fechas que marcaban las reuniones, salidas fuera de Tuxtla y hasta vacaciones.
Los tamales se me antojan siempre (sin necesidad de un niño como pretexto)
Hoy observo detenidamente el fervor colectivo en torno a las fiestas religiosas y desde fuera reconozco que siguen siendo un pretexto social con la promesa de salvación como principal motivación.
La navidad, el día de reyes, la candelaria, el miércoles de ceniza y la semana santa. Han perdido el sentido en mi cabeza. Respeto la seriedad con la que muchos se toman estas fechas aun sin saber el significado de cada una.
Que sigan los fuegos artificiales y las ferias callejeras en torno a la natividad. Técnicamente hay crisis pero hay más ¡Amor! ¿No?
3 comentarios:
los mejores son los tamales chiapanecos!!!!!!!!
no he comido mejor tamal que uno hecho en chiapas...
Candelaria? Creo que ni el padre sabe qué diablos es...
Por mi parte disfruto ver los disfraces de los Niños Dios, la gente es muy ocurrente...
Zocadiz, tienes toda la razón.
Karla, el ingenio del mexicano no tiene límites. Una vez ví a un niñito jesús vestido de Elvis. Gracias por comentar.
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