Hoy no es mi día (para variar), pero aun así trato de mantener el buen humor en este fangoso (literalmente lodoso) mundo.
Me he dado cuenta de que en el trabajo más que ser eficiente conviene ser mago. Y con esto no me refiero a la charlatanería y al engaño sino a la destreza, habilidad y precisión que aconsejaba el buen Houdini.
Un verdadero ilusionista prestidigitador presume que la mano es más rápida que la vista. Sigo practicando, soy una humilde aprendiz (similar a Mickey en el episodio de Fantasía, poca magia y mucho desastre) la vista sigue siendo más rápida.
Me he dado cuenta de que en el trabajo más que ser eficiente conviene ser mago. Y con esto no me refiero a la charlatanería y al engaño sino a la destreza, habilidad y precisión que aconsejaba el buen Houdini.
Un verdadero ilusionista prestidigitador presume que la mano es más rápida que la vista. Sigo practicando, soy una humilde aprendiz (similar a Mickey en el episodio de Fantasía, poca magia y mucho desastre) la vista sigue siendo más rápida.
Más allá del truco de la chistera, las cartas o alguien cortado por la mitad. He llegado a la conclusión de que para salir adelante en el terreno laboral habrá que utilizar artes, conocimientos y prácticas contrarias a las leyes naturales conocidas.
En días como hoy, no me vendría mal disponer del gorro de Merlín, la resistencia de David Blaine o por lo menos la espectacularidad en desapariciones de la que presume David Copperfield.
Por lo pronto escoge un naipe...
No me lo muestres, regresalo al mazo...
Tu carta es...
Si esa...
¡No lo puedes creer!
Entonces ya estoy mejorando.
2 comentarios:
fingir, pretender, engañar, simular... todas estas palabras en el mundo laboral son sinónimo de avanzar...
apesta! (en fin, creo que no estoy de lo más positiva: semanas difíciles!)
nos leemos.
zocadiz. Nadie en su sano jucio puede estar optimista frente al panorama que tenemos como generación. Sin embargo, todo pasará. Saludos y que esta semana todo mejore.
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