Pa’qué
me dejas sola...Si ya sabes cómo soy.
domingo, 10 de febrero de 2013
La vi y me gustó
sábado, 31 de diciembre de 2011
Mercado San Juan
9 cajas de cangrejo de Alaska se habían negociado sobre la banqueta de la calle Ernesto Pugibet a la altura del número 21, eran casi las diez de la mañana. A las 10:07, ya estaba regateando en los pasillos del mercado San Juan.
No soy lo que podría considerarse un modelo femenino con habilidades culinarias, soy más bien una aguda compradora de materias primas. Conozco los precios, regateo y puedo sostener una "pockerface" respecto a la calidad del producto en cuestión.
Tenía toda la intención de mantenerme en el presente, concentrada en las especias, los chiles secos y las semillas. Pero fue en ese momento, en el que creí venir de la mano de mi abue Celia escogiendo ingredientes para su mole o comprando el piloncillo para la miel de canela para las hojuelas.
Seguí caminando en el presente cuando escuché el primer "güerita” (ajá, ahí está la falsedad, con tal de vender, el color de piel es lo de menos)
~ ¿Qué va a llevar?, hay conejo, lechón, venado y si quiere algo pa' el fin del mundo tenemos cocodrilo y león.
No sé que cara me habrá visto que se dio la vuelta y atacó a otra "güerita "del mismo tono que el mío. A pesar de estar tentados por lo exótico del panorama, no era el momento de experimentar con carnes que nuestro sistema digestivo no está acostumbrado a procesar.
Cortes de venado, jabalí y cocodrilo por un lado. Erizos, moluscos extravagantes y langostas asomaban por las esquinas del área de pescados.
Más adelante, los pavos, codornices y gallinas degolladas saturaban los mostradores.
Ya de salida me topé con las frutas y verduras, algunas que jamás había visto en vivo (solo las había visto en la tele o en películas) Compré unas setas que están tan bonitas que no sé si cocinarlas o seguirlas contemplando. Y claro, cómo me iba del mercado sin las uvas, y para no usar adjetivos inútiles, basta decir que encontré unas dignas de bodegón victoriano a solo $50 pesos el kilo, escuchó bien 50 y sin semilla.
martes, 13 de diciembre de 2011
Si quiero oro, si quiero plata...
jueves, 8 de septiembre de 2011
Taximetro
Hace 15 días, antes de llegar al cruce que une Mixcoac con Insurgentes, la luz roja hizo que el coche y la plática se detuvieran de golpe.
Ese sábado, mi amiga Masielle era la conductora designada después de un largo entrenamiento y yo venía de copiloto. Masielle me señaló el coche que se había detenido junto a nosotros, era un taxi, un vochito para ser precisa. Lo interesante de ese coche no era que la pintura verde del antiguo taxi ecológico sobresaliera por los bordes al horroroso vino y dorado que ahora es el color oficial de ese medio de transporte. Lo que llamó nuestra atención fue que el conductor un hombre de cara redonda y tez morena, aprovechó el alto, para soltarse a llorar.
Masielle y yo transformamos la expresión sabatina de endorfinas y nos preguntarnos cuál sería el motivo de aquel hombre para llorar tan amargamente. Cuándo llegó la luz verde, aun con un dejo de tristeza no quedó de otra que seguir nuestro camino. Además no sé cómo hubiera tomado aquel hombre que dos extrañas le preguntaran que le pasaba ( y nunca lo sabremos)
Han pasado dos semanas y no he dejado de pensar en las lágrimas que caían sobre las redondas mejillas de aquel taxista. De camino al pan (si, voy por pan dulce y ¿qué?) saqué el tema del taxista sollozante, Luis me escuchó con la paciencia de siempre y estas fueron mis hipótesis.
Al taxista lo llamaré José, en honor a una frase que dijo una querida maestra: “Hay que darle alma a los oficios poniéndole nombre al carpintero”
- José recibió una llamada a su celular, el enlace fue corto, la señorita que le llamó solo le dijo: Tiene que ir al SEMEFO a reconocer a su hermano. José colgó justo en el alto y se puso a llorar de impotencia y tristeza.
- José había trabajado doble turno para poder juntar la mensualidad del departamento que compró a crédito, sin embargo ni trabajando los 7 días a la semana sin descanso, podría pagar la deuda acumulada. Al ponerse la luz roja lloró de coraje y amargura.
- José venía de la clínica de Mixcoac, sus análisis mostraban un tumor de consistencia extraña en el costado izquierdo de su estomago. Debía esperar que la biopsia que le confirmara la enfermedad de la que había muerto su padre. Él le tenía miedo a la muerte, detenerse y desahogarse aunque fuera por unos minutos le permitió mantener la calma.
Hoy no fui por pan, pero aun tengo curiosidad de saber porqué lloraba el taxista, que ahora se llama José.
martes, 28 de junio de 2011
Entrenar
Luego de buscar durante casi 3 semanas, conseguí el correo electrónico de una leyenda del atletismo: Benjamín Paredes, quizá a muchos no les suene pero fue un gran maratonista mexicano de los años 90.
Lo primero que le escribí fue que era una corredora recreativa, empírica apoyada por su familia que jamás se había preparado de manera formal para ninguna competencia (mi mamá sigue sorprendida con eso de que la menos deportista de sus hijas vaya por su tercer maratón) y que aun así tenía ganas de mejorar y sobre todo corregir mi forma de correr para ser más rápida, resistente y eficiente.
Su respuesta fue escueta: Nos vemos el martes a las 5.50 para el primer entrenamiento y envío plan completo por correo.
Allí estaba 5.45 am, con mis tenis, mi cronómetro y algo de frío. El primer entrenamiento fue para corregir todo lo que había hecho mal durante estos 3 años.
Al día siguiente como “el camellito”, no sentía las piernas. A pesar de estas dramáticas declaraciones, llevo 2 meses sin fallar a ningún entrenamiento y se nota aunque sea poquito, un minuto menos en los 21K del día del padre.
Es difícil levantarse por las mañanas y sacar energía después de trabajar 10 o 15 horas seguidas, sin embargo una vez que te armas de valor y dejas la cama con estoicismo (nadie dijo que era fácil) hay una sensación de libertad y tranquilidad que estoy consiente de querer experimentar cada mañana.
Arriba en la foto, estamos mi entrenador, mi medalla y yo, después de 21K y un minuto menos de marca personal.
martes, 8 de marzo de 2011
Soy mujer, me da gusto pero...
No soy feminista, me considero femenina, progresista sin rayar en lo radical e invariablemente hormonal.
Sin embargo en mi fuero interno, la incomodidad se sacudía y por eso estoy aquí. Hace unos años leí en algún periódico que está fecha ha sido fuertemente discutida por sus orígenes históricos; que la famosa huelga de 1857 donde 129 obreras fueron quemadas nunca existió y que es un imaginario colectivo que fue enriqueciéndose con los años y nuestra natural inclinación hacía las historias de mártires.
Me cuestiono los hechos y fechas de los orígenes del 8 de marzo, me resultan confusos, maquilados (por la publicidad y politización de la fecha) y olvidados. Se supone que el mito de la obreras quemadas se hizo popular en la década de los sesenta, cuando los Beatles hicieron su aparición, el Black Power ganó terreno y movimiento hippie hacia enojar a millones de padres conservadores en el mundo occidental. Pero lo más importante fue que las mujeres americanas y europeas tuvieron acceso a la píldora.
No intento abolir esta fecha simbólica (que no es la única que me molesta, hay una larga lista de día conmemorativos que aborrezco) Buscar respuestas sobre el 8 de Marzo no implica que yo ignore su significado histórico, el valor de la lucha por los derechos y la autonomía. Más bien buscaba encontrar algo de su sentido original.
lunes, 28 de febrero de 2011
Cuéntame un cuento
Ante esto he tomado medidas que además de prácticas evitarán que uno de estos días mi instinto asesino abandone el estado el hibernación en el que se encuentra.
La lista es la siguiente:
1.-Moby Dick de Melville
2.- Los hermanos Karamasov de Dostoievski
3.- Orgullo y Prejuicio de Austin
4.- El Quijote (quien me diga que ya lo leyó completo, que lo compruebe o me la lea, son 17 CDs)
5.- Guerra y Paz de Tolstoi
6.- El Gran Gastby de Fitzgerald
7.- Cándido de Voltaire
8.- Las uvas de la ira de Steinbeck (ví la película, pero no vale)
9.- Utopía de Moro
10.- La Cartuja de Parma de Stendhal
11.- La Madre de Gorky
12.- Las aventuras de Tom Sawyer (Ví los dibujos animados, pero tampoco vale)
En el tráfico del viernes terminé de escuchar Orgullo y Prejuicio, creo que ahora necesito encontrar otro escucha motorizado con quien hacer trueque de los títulos adquiridos. ¿Alguien se anima? Han sido usados una sola vez…