miércoles, 20 de mayo de 2009

Regresar


Después de mucho darle vueltas al asunto, compre un boleto de avión a precio razonable y después de más de un año, regreso a la casa materna.

Chiapas, me crea sentimientos encontrados, una niñez que disfruté mucho, pero con lecciones de vida que jamás olvidaré (tema de otro post, en el que hablaré de la justicia social, la marginación de las etnias, la libertad, los usos y costumbres) Alguien, no recuerdo quién dijo que uno es de donde pasó los primeros 17 años de su vida ( 17, es un número extraño, pero es curiosamente a la edad que abandoné el terruño) ergo soy chiapaneca por donde le vean, exiliada, pero chiapaneca (me sé completitos el himno a Chiapas y a Belisario Dominguez).

Ir a Tuxtla es una sensación extraña, de emoción y nostalgia. Días previos al viaje, tengo bizarras regresiones. Canto canciones que normalmente no están en mi repertorio, me da por contar las travesuras que mis hermanos y yo hacíamos en el pueblo (Ocosingo, Obregón o San Cristóbal, dependiendo de con que abuelos nos tocara) y lo peor de todo me entra el antojo de tamales, chipilin con bolita, pozol, café con pan y de mis dulces favoritos: Los suspiros (me fascina el nombre)

Llegas a tu destino antes de comenzar el viaje.

Quisiera imaginar que las cosas están mejor, es complicado. Soy del sur, hija de maestros rurales y quisiera cambiar las historias tristes, escribirles no un final feliz, tan solo uno más esperanzador.