domingo, 5 de diciembre de 2010

De 3 a 99 años

En mi afán Peter Panesco, decidí correr la primera carrera Nintendo (con la ilusión de ganar un Red Wii si llegaba en primer lugar, pero no sucedió)

Sin embargo, hoy más que la desilusión de un lugar 54 entre 577 mujeres de todas las edades. Me di cuenta de que es difícil seguir siendo niño. Algunos chamaquitos corrían tras una botarga, otros jugaban con un globo y algunos estiraban como corredores elite.

La rabieta de haber corrido los 5K en 27 minutos por no administrar bien mi energía, me hizo caer en cuenta de los actos compasivos que solo realizas en la infancia, como esperar a tu papá antes de cruzar la meta (aunque implique un peor lugar o dejar ir un premio) me impresionó la madurez de algunos pequeños siendo comprensivos con la adultez, el descuido y en varios casos el mal humor.

Pensé en un texto que escribió Rousseau, en el califica de imperdonable la insensatez que representa sustituir las particulares formas de ver, pensar y sentir que tiene la niñez.

Digamos que no tengo un flamante videojuego rojo que me hace ver infantil (especialmente cuando juego Raving Rabbids) Pero creo que tuve una epifanía, una especie de revelación, pues reconocí que me gustaría ser tan divertida, centraday decidida como muchos de los chiquitos con los que me topé hoy (y miren que soy poco paciente) para quienes lo más importante de la carrera fue divertirse.

PD. Todo lo anterior no anula que me haya quedado con las ganas del Wii y de las “so cute” copas que le dieron a los ganadores de cada categoría. El otro año pediré prestado algún infante para correr 1K y estoy segura de que ganaremos algo. Es la primera vez que me inscribo en una categoría tan libre, de 3 a 99 años.